miércoles, 11 de mayo de 2011

De Ana Mendoza

La ciencia ficción es un género bastante explotado y, aunque ofrece muchas posibilidades de inventar, es inevitable tener presentes en la memoria ciertas referencias clásicas, ya sea en cine, literatura o cómic, que hace que muchas historias puedan parecer algo repetitivas.

No es el caso de Ciudad sin estrellas.

Una de las cosas positivas y que más me ha sorprendido es la de haber leído una historia de ciencia ficción diferente. Una historia que se aleja de los elementos tópicos del género como los androides, las naves interestelares o toda la parafernalia tecnológica, para centrarse de pleno y volcar todo el protagonismo sobre unos personajes reales, de carne y hueso.

Unos personajes que habitan en un mundo que guarda tantos paralelismos con el actual, que en muchos momentos da la sensación de ser algo totalmente verosímil.

La búsqueda de la libertad en una sociedad decadente, alienada y controlada por el poder, es un mensaje claro y cargado de intenciones que invita a la reflexión .En mi opinión es lo mejor del libro y está por encima de lo que es la historia en sí, que encuentro un tanto “descafeinada”, aunque he de reconocer que me he enganchado a la lectura desde el principio. Es un libro que te atrapa fácilmente porque mantiene en todo momento un ritmo muy dinámico y una buena dosis de emoción hasta el final. Esto ya me pasó con Estirpe Salvaje y me hace pensar que a lo mejor no son las historias en sí, sino la forma como están contadas, de una manera sencilla pero muy efectiva y que en ningún momento aburren.

Si que me gustaría destacar algunos detalles que no me acaban de gustar y uno de ellos es el final. Quizás era el más lógico o previsible, pero esperaba que hubiese un giro imprevisto en la narración que llevara a algún desenlace diferente. La verdad es que me ha dejado un poco “desinflada”, me quedo con la sensación de faltan cosas por contar en esta historia...

También echo de menos un poco más de crudeza en todos los sentidos. Aunque hay dosis de acción, sexo y violencia, están muy suavizadas. Ni los boquetes me parecen tan salvajes, ni Ziénaga es una ciudad tan asfixiante… Unos cuantos cadáveres más no hubieran venido mal.

En cuanto a los personajes, diré que los protagonistas principales quedan muy bien definidos, algunos de forma magistral, en cambio hay otros que no me acaban de convencer. Es el caso de los “malos”, que encuentro que están bastante estereotipados y tienen poca originalidad.

A pesar que puede ser una novela apta para todo tipo de público, yo apuntaría hacia un perfil de lector joven, que por edad es el que mejor se puede identificar con Perseo y sus amigos. A mí personalmente me ha costado mucho conectar o más bien empatizar con estos personajes tan jovencitos, lo cual no significa que no haya disfrutado con la lectura, al contrario… Otra cosa es si me gustado más o menos.

Montse, felicidades por el premio y espero que sigas cosechando más éxitos como escritora.

Un abrazo.

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