domingo, 15 de mayo de 2011

De Teo Palacios

Perseo´s Run

Yo tenía doce años cuando la estrenaron, pero recuerdo bien aquella serie en la que un policía ayudaba a una chica a escapar de una sociedad futurista que los condenaba a una muerte prematura. En La Fuga de Logan, los protagonistas habitan en un lugar llamado “las cúpulas”, donde el sistema es represivo, al punto de marcar el periodo máximo de una vida en treinta años para mantener un orden en el número de habitantes.

Tan pronto como comencé a leer Ciudad Sin Estrellas me acordé de aquella serie, basada, a su vez, en una novela de ciencia ficción publicada en 1969. La cúpula como medio de vida, el sistema totalitario y represivo… Las analogías son evidentes. Pero ahí quedan las similitudes. Porque, si en La Fuga de Logan la acción se centra en mostrarnos el intento del protagonista por encontrar un lugar en el que vivir en paz, lo que hace Montse de Paz en Ciudad Sin Estrellas no es proporcionarnos esa aventura. No. Lo que hace es mantenernos dentro de la cúpula, convertirnos en un miembro más de esa sociedad alienada. No nos permite ver más allá, nos mantiene encarcelados, haciéndonos saber que sí, hay un mundo mejor que el que conocemos, pero sin dejar que lo saboreemos, sin dejar que nos lleguen de él más que unos pocos retazos, dejándonos anclados y huérfanos, con el deseo de saber qué hay al otro lado de Ziénaga. La autora se convierte entonces en ese sistema represivo, matándonos al quitarnos algo tan importante para el ser humano como la vida misma: el conocimiento y la libertad, conceptos que aunque parezcan poco relacionados, están íntimamente unidos, pues no podemos elegir con libertad si no tenemos un verdadero conocimiento de las diferentes opciones.

Se trata de una novela con un ritmo trepidante, en el que cada paso te sumerge más y más en una espiral que no puede tener un final feliz. Aun así, Montse de Paz consigue dejar la puerta abierta a la esperanza, al cambio, precisamente a través de eso que hasta entonces nos ha negado: la posibilidad de saber qué hay más allá.

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