jueves, 25 de agosto de 2011

De Raúl Frías, autor de ciencia ficción

Hace ya un tiempo que leí la novela de Montse de Paz, la galardonada con el premio Minotauro, Ciudad sin estrellas. He necesitado algunas semanas para digerirla y empaparme de lo que esconde entre sus páginas. En primer lugar, he de decir, que he percibido un agradable regusto a ciencia ficción clásica en la obra, un conjunto armónico de influencias bien utilizadas. Ese toque de Matrix, sin ir más lejos, me entusiasmó desde el primer momento.

Ciudad sin estrellas es una distopía muy cercana al Cyberpunk más desgarrador. Es una historia de amistad, de amores, de emociones, pero, sobre todo, es una historia de libertad. De añoranza de un mundo mejor, de la ilusión de algo que, esté o no esté, anhelamos sobre todas las cosas. No; el libro de Montse no es una narración juvenil. Puede que en algunos momentos pueda parecerlo, pero no lo es. Ésta es una historia como las de antes: la del solitario Tansis, perdido en un planeta lejano; o la del atormentado Rick Deckard en la búsqueda de sí mismo. Ciencia ficción de la de verdad.

En época de superventas sin oficio pero con mucho beneficio, Ciudad sin estrellas es, valga la redundancia, un astro que brilla con luz propia en el panorama literario, un poco de luz en la oscuridad de un cielo anaranjado y sin estrellas. Y encontrar un libro así, para un amante de la obra de Asimov, Verne, Dick o Van Gogh, es una verdadera gozada.

Espero que la hora del entreluz siga inspirando tu pluma.


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Raúl Frías es periodista, escritor y autor de Noctalia, novela de ciencia ficción que será próximamente publicada por Atlantis.